El
estrés de los exámenes se acabó, y eso no deja de ser triste, porque con ello
también queda más claro que se acaba tu Erasmus.
Mucho más que bolsas |
Toca
desmatricularse de la Uni Freiburg y que, tras horas esperando en la cola, el
funcionario de turno le dé a una tecla poniendo punto y final a tu paso por
esta universidad.
El
siguiente paso es dejar tu habitación recogida para tu inquilino. Imposible
evitar ser aún más lenta de lo normal haciendo las maletas. Parece que las fotos
se resisten a ser despegadas de la pared por algún inexplicable (o del todo
explicable) motivo. Tu vida de un año empaquetada y apilada en el pasillo. Una
habitación vacía y sin vida. No deja de ser una extraña imagen.
Despedidas
que ni el tequila hace menos duras. Tarjetas y mensajes, chocolate y un CD de Schlager.
Hugo, Schlager y chocolate… mejor resumen imposible |
Para
contrarrestar todo esto y atrasar un poco más ciertas despedidas te has ido una
semana a tu querido Berlín. Es una de esas ciudades capaces de curarlo todo.
Allí nació por primera vez el concepto de surrealismo y cada vez que vuelves
sientes la ciudad de una manera diferente.
Ya
no tienes quince años ni la visitas por primera vez para hacer un cursillo de
alemán (quién te diría por entonces que acabarías viviendo un tiempo en Alemania
y medio dominando ese extraño idioma). Tampoco es tu absurdo, loco e
inolvidable viaje de fin de
bachillerato (aunque la falta de sueño
sí que se ha mantenido desde entonces).
No estás aquí con una buena amiga inventándote historias para que te
dejen entrar en los bares. Pero estás aquí.
El
muro de Berlín sigue igual. Berlín sigue siendo esa ciudad en la que te miran
más por la calle si vas trajeado que cuando vas vestido para una trash party.
Perderse en los lugares más extraños sigue siendo posible y tu (sin)sentido de
la orientación parece superarse con el paso de los años.
Time goes on |
Berlín
siempre es conocer gente. Una vez más, temperaturas absurdas, falta de sueño e
ir corriendo a todas partes. Seis chicas en una habitación de hostel con un
solo baño y un único espejo ponen de por sí a prueba tus dotes de diplomacia.
Gente
comprometida con lo que hace y con mucha ilusión. Aprender bastante y tener aún
más claro lo que quieres.
Time to leave you |
Ir a
una conferencia tras haber dormido una hora y al salir irte del tirón a una
cena de gala cargada con tus maletas. Que tu tren de medianoche se cancele y
acabar recorriéndote toda Alemania en trenes regionales. Berlin- Magdeburg-
Braunschweig- Hannover- Mannheim- Freiburg como otra de las muchas cosas que no
tienen sentido en tu vida. Ah, y todo esto bajo la lluvia. Llegaste por primera
vez a Friburgo lloviendo y te vas de Berlín bajo la lluvia. Ciclos que parecen
cerrarse.
En dos días regresas definitivamente a España y por ahora estás acogida en la
habitación de una de tus compis, intentando no ser devorada por el papeleo y
buscando inspiración para hacer que tus cosas y tus recuerdos quepan en una
maleta. Mal sehen.